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Por Grupo Editor / 31 de Marzo de 2014
NUEVO ANIVERSARIO DEL GOLPE
EL BARCO DE LA MEMORIA

El barco de la memoria atravesó, un año más, el delta de calles rosarinas, las venas abiertas de un arrabal con esquinas pobladas de ausencias, luchas y sueños todavía por ser. El extenso barco de la memoria, que navega futuros, abre sus velas a un viento poblado de voces, miradas y consignas. No es un barco inocente éste que se interna en las profundidades de la vida cotidiana. Quiere la vida. Resiste ante cada soplo de la muerte. Y se abraza, tenaz, a la esperanza colectiva. Desde los encuentros en la Plaza San Martín a la Justicia exigida a viva voz y pintura fresca frente a los Tribunales Federales. Desde el canto multiplicado poblando nuestras calles al abrazo a las Madres de los pañuelos, allí en la calle, frente a la Plaza que las alberga cada jueves, desde hace tantos años. Y después, el desembarco en ese Monumento que cada año, abre su espera a esta correntada única. Y la abraza, la hace suya, se embaraza de una historia que es presente. Y que quiere cambiar el mundo. Reproducimos el documento redactado por el Espacio Juicio y Castigo -conformado por nuestras Madres de Plaza 25 de Mayo, junto con Familiares de Desaparecidos, Asamblea Permanente por los Derechos Humanos (APDH), HIJOS, Colectivos de ex presos políticos, y organizaciones gremiales, estudiantiles, sociales y políticas.

Audio: A 38 años / Por Espacio Juicio y Castigo (Fragmento)





A 38 AÑOS DEL GOLPE GENOCIDA CÍVICO Y MILITAR DEL 24 DE MARZO DE 1976 / Por Espacio Juicio y Castigo

Venimos a reivindicar una vez más la lucha de los treinta mil desaparecidos como parte de una generación que asumió la militancia, la solidaridad y el amor hacia los más débiles como una forma de vida. Una generación que se lanzó a construir la historia día a día, que se reconoció en una larga tradición de lucha que se remonta al principio mismo del nacimiento de la Nación. Que peleó por un país sin pobreza, al servicio de los trabajadores y el pueblo, por una patria liberada del imperialismo y sus lacayos internos.

El 24 de Marzo de 1976 marcó un punto de inflexión en la sociedad argentina.
Interrumpió y fracturó la valiosa trama social, política y cultural que existía hasta ese momento, y que había resistido los intentos de hacer retroceder a los trabajadores y al pueblo, en general, en sus conquistas sociales y políticas, obtenidas fundamentalmente durante el primer gobierno peronista; una resistencia popular que impedía la restauración del proyecto agro-exportador, requerido por el imperialismo y sostenido por las oligarquías nativas para esta parte del continente.
A fines de los años sesenta y principios de los setenta, se vivía en la Argentina una gran vitalidad política, con una extraordinaria multiplicación de la organización y participación popular, pese al contexto de permanentes golpes de Estado, con sus secuelas de muerte, torturas y cárceles.
Argentina no estaba ajena a los procesos de liberación en América Latina. Es por esa razón que los aliados internos del imperialismo en cada país de nuestro continente aplicaron la misma estrategia represiva. Utilizaron los ejércitos locales, formados estos en la escuela francesa con la ayuda y la logística del ejército norteamericano.

El golpe de estado del 24 de marzo del 76 fue el golpe más siniestro y sangriento que sufrió nuestro país. Con una violencia y ferocidad que superó cualquier experiencia anterior, pusieron en práctica las formas más perversas de represión con la aparición de centros clandestinos de detención, las desapariciones de los compañeros, la apropiación de los bebés y el robo de los bienes de los detenidos como "botín de guerra". Las víctimas eran obreros, combatientes políticos, estudiantes, militantes sociales, religiosos, cooperativistas, gremialistas, en suma, cualquier persona que significara una resistencia al proyecto que pretendían instaurar.

El terrorismo de Estado apuntó a eliminar esa resistencia y a instalar el terror generalizado en la sociedad, para que esta se paralice, y así aplicar sus planes económicos.
La dictadura destruyó industrias y provocó numerosos despidos, multiplicó geométricamente la deuda externa transformando la economía nacional en una economía dependiente.

Los golpes de Estado en América Latina fueron también la respuesta a la experiencia realizada por la Revolución Cubana y a la lucha por la liberación de distintos países en el tercer mundo.
La dependencia económica trajo consigo a la dependencia cultural y política. Nuestro país fue sometido a la peor supresión de libertad de prensa. En ese momento se crearon las condiciones para el desarrollo de los medios periodísticos hoy hegemónicos. Los grandes grupos de medios, televisión y radio, defendieron permanentemente las ideas e intereses del poder empresarial concentrado, que estuvo acompañado por el poder eclesial, judicial, sectores políticos y sindicales.

En los últimos años se reiniciaron los juicios a los genocidas, muchos de ellos hoy están presos y condenados, pero demasiados continúan procesados o sin sentencia firme con el peligro latente de que pasen los años y sean dejados en libertad. Aquí debe mencionarse la complicidad de la justicia que opera al servicio de la impunidad y que se resiste a ponerse al servicio de las mayorías y a democratizarse. No nos olvidamos que muchos represores continúan prófugos, entre ellos muchos civiles.

Sabemos que falta mucha justicia por conquistar, pero seguimos en el camino de exigir a los jueces y a las instituciones que corresponda, que cumplan con su deber.
En nuestro país tenemos la satisfacción de ser el primero en el mundo en juzgar un genocidio dentro de sus fronteras y frente a jueces naturales, acorde al debido proceso. La lucha llevada adelante por los organismos de derechos humanos y las organizaciones que se fueron sumando a través de los años logró una vez más imponer la voluntad popular, demostrando que el pueblo unido y participando construye las herramientas para que esta democracia se profundice cada vez más

A esa justicia reclamamos la urgente aceleración de las causas y que estas sean unificadas para que los compañeros sobrevivientes no sean sometidos decenas de veces a revivir el horror. También queremos señalar el comportamiento cómplice de algunos magistrados como el juez Carlos Villafuerte Ruzzo que demora los juicios y ampara a represores como Victor Chuly Rodríguez, a quien en vez de enviar a la cárcel permite viajar para hacer un Cruce de los Andes donde mansilla la bandera nacional y la imagen del general San Martín. Exigimos su inmediato juicio político y destitución.
También exigimos que la cámara federal de rosario no dilate más la elevación a juicio la causa contra el capellán Eugenio Zitellín.

Cada 24 de marzo queremos recordar a aquellos compañeros que formaron parte de esta lucha y que hoy están en nuestra memoria. Queremos recordar especialmente a los testigos Jorge Julio López y Silvia Suppo, para quienes no dejaremos jamás de reclamar justicia por su desaparición y asesinato.
Durante décadas los juzgados han desconocido que los delitos cometidos por los represores del terrorismo de Estado contra los colimbas y soldados de Malvinas son crímenes de lesa humanidad.
Queremos remarcar esta demanda, del mismo modo que lo hacemos con los delitos sexuales cometidos contra detenidas y detenidos políticos. En esa misma dirección acompañamos el reclamo para hacer visible el especial ensañamiento de los genocidas con los militantes de la comunidad LGTB. En numerosos testimonios surgidos a lo largo de los juicios a los represores, aparecen manifestadas esas situaciones, del mismo modo que ocurrió con aquellas personas pertenecientes a la colectividad judía, o a los Testigos de Jehová por dar otro ejemplo.
La dictadura fue militar, pero también civil y clerical.
Fue un plan genocida dirigido hacia el conjunto de la sociedad, que para imponerse se propuso como objetivo militar primordial eliminar a las organizaciones gremiales, políticas y sociales. Los desaparecidos en su amplia mayoría pertenecían a movimientos, sindicatos, partidos y agrupaciones. Por esa misma razón reivindicamos e impulsamos la participación y la militancia como herramienta para producir los necesarios cambios sociales.
Desde esa convicción, no podemos dejar de sentir como propia la pérdida de cada militante social, como ocurrió con Mariano Ferreyra del Partido Obrero, Jere, Patom y Mono del Frente Darío Santillán o Mercedes Delgado, de las comunidades eclesiales de base del barrio Ludueña por quienes exigimos justicia.

En este contexto expresamos la especial preocupación que genera el crecimiento de la violencia, vinculada al fenómeno de la narco-criminalidad y sus vínculos con las fuerzas policiales, que expone la vida de aquellos que ponen el cuerpo allí donde el Estado no está presente. Así como nos alarman las propuestas de los sectores que reclaman mano dura, o que impulsan la represión y persecución contra las organizaciones populares.

El sueño de los primeros hombres y mujeres que lucharon por una patria grande, unida y antimperialista, como San Martín, Bolivar y Artigas, levantado como bandera por tantas generaciones a través de nuestra historia, ha vuelto a revivir en esta última década en nuestros países. Los importantes avances y conquistas obtenidos a lo largo y ancho del subcontinente, no pueden entenderse sino en el marco de ese proceso de integración de los pueblos, el cual no está exento de poderosos opositores de adentro y de afuera que apuestan a la desestabilización de estos proyectos, y cuyas acciones destituyentes se han hecho más visibles este último año. Consolidar esta etapa, camino hacia una segunda y definitiva independencia sudamericana, será una de las mejores reivindicaciones que podamos hacer a los 30 mil desaparecidos.

A pesar de esos pasos dados hacia adelante, aún sufrimos graves consecuencias del neoliberalismo instaurado por los genocidas y profundizado como nunca en la década de los noventa. El fin de la pobreza, la trata de personas, la inclusión de todo los sectores sociales, la reforma profunda de las policías, fuerzas de seguridad y sistemas penitenciarios; la democratización de la comunicación, la justicia y la tenencia segura de la tierra; el derecho al aborto legal, seguro y gratuito, la recuperación del sistema de transporte público, la nacionalización de todos los recursos naturales y su manejo ambientalmente sustentable, la reparación histórica para nuestros pueblos originarios, la ampliación de derechos de los trabajadores, son algunos de los tantos caminos que tenemos seguir transitando y para los cuales debemos aprender de la experiencia histórica acumulada; pero siempre desde la comprensión de que la realidad se cambia con la organización colectiva y la participación política.

30 mil compañeros desaparecidos, presentes! ¡No olvidamos, no perdonamos, no nos reconciliamos! ¡Restitución de los hijos de desaparecidos apropiados por los genocidas! ¡Juicio y castigo para todos los responsables del terrorismo de Estado y sus cómplices! ¡Sentencia firme para todos los condenados en Argentina por delitos de lesa humanidad! ¡Exigimos la aceleración de las causas por crímenes del terrorismo de Estado que todavía duermen en los tribunales!
¡Exigimos la destitución del juez federal Villafuerte Ruzzo!

¡Exigimos juicio y castigo para los responsables materiales y políticos de los asesinatos de Juan Alberto Delgado, Rubén Pereyra, Ricardo Villalba, Walter Campos, Yanina García, Graciela Acosta, Claudio Lepratti, Graciela Machado y Marcelo Paccini, cometidos en por la policía de Reutemann en diciembre de 2001!

¡Repudiamos todo acto persecución y espionaje a organizaciones sociales y populares! ¡No a la judicialización y criminalización de la protesta! ¡Cierre de todas las causas abiertas contra luchadores! Solidaridad con los trabajadores de Las Heras.

¡Exigimos el Juicio y Castigo a los responsables materiales y políticos de los asesinatos de Sandra Cabrera, Maximiliano Kosteki, Darío Santillán, Carlos Fuentealba, Mariano Ferreyra, Cristian Ferreyra, de la comunidad Qom, los campesinos del Mocase, de Jere, Patom y Mono, de Cesar Oviedo y de Mercedes Delgado! ¡Exigimos justicia y el esclarecimiento del ataque sufrido por los militantes del Movimiento Evita de barrio Nuevo Alberdi! ¡Exigimos el cierre del IRAR! ¡Exigimos justicia para todas las víctimas de violencia institucional! ¡Justicia por las víctimas de Once!

¡Exigimos justicia y el esclarecimiento de la desaparición y asesinato de los testigos de juicios contra los genocidas Jorge Julio López y Silvia Suppo!
¡No a los golpes institucionales contra los gobiernos populares de Latinoamérica!
¡Viva la patria grande!
¡Hasta la victoria siempre!

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Imagen: Jorge Contrera.











 

 
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