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Por Grupo Editor / 12 de Abril de 2013
ELSA RAMOS, PRESENTE
DE MUERTES, MOLINOS Y SUEÑOS

Hay crónicas que, a pesar de ser necesarias, se resisten a ser escritas. Se niegan. Huyen las palabras que deben dar cuenta de las ausencias que -sabemos- se harán insoportables. Como escribió el entrañable Fernando Birri, entreabro mis ojos / veo frente a mí la realidad. / Esa enemiga. / Esa perra flaca y gruñidora. El martes 9 de abril se apagó ese fuego claro, certero, que fue Elsa Ramos, Madre de Plaza de Mayo de Santa Fe. Y las palabras se escapan. Se esconden. Aunque uno insista, y recuerde que el único cementerio es la memoria. Aunque uno sepa, como escribió Antonio Gala hablando de nuestras Madres, de nuestros pañuelos, que el grano muere / pero la espiga vive. De todas formas, hay crónicas que, a pesar de ser necesarias, se resisten.

Audio: Fernando Birri - Don Quijote y la muerte.

"Buenos amigos me fueron los sueños. / Y el más fiel, el delirio".
Fernando Birri.

El último martes 9 de abril Elsa Ramos, Madre de Plaza de Mayo de Santa Fe, partió hacia otros arrabales, a encender otros fuegos, a fogonear otras luchas. Militante siempre atenta y lúcida, Elsa murió después de dar una larga batalla por su salud, afectada por un ACV.
Fue una locutora reconocida de la ciudad capital de nuestra provincia; fundó junto a un puñadito de compañeros el Movimiento de Familiares de Detenidos y Desaparecidos santafesino; integró el Foro contra la Impunidad y por la Justicia, desde donde denunció las impunidades cotidianas; marchó con los pibes del pueblo denunciando que el hambre es un crimen, y puso su voz y su firmeza siempre en la construcción de una patria para todos.
Elsa fue una de las imprescindibles mujeres que, junto a Eusebia Escobedo de Maldonado, Alejandra Fernández de Ravelo, Otilia Acuña de Elías, Irma Victorina, Josefina Bruzzone, Hilda Beatriz Roberto, Hurí Nigro de Tornay, Celina Zeigner de Kofman y Olga Barrera, dieron cuerda al universo de la dignidad y la memoria activa desde la agrupación de Madres de Plaza de Mayo Santa Fe.

Su hija, Patricia Villar Ramos, la Pato, fue secuestrada el 6 de diciembre de 1977 junto a su compañero, Mariano Carlos Montequín, Mane.
Ese día, un grupo vestido de civil y armado, perteneciente al Grupo de Tareas 3, invadió el domicilio de la pareja, ubicado Capitán Freire 2320, Octavo piso C, de Capital Federal. Secuestraron a Mariano, Patricia y a Virginia Casalaz. Clausuraron el departamento con una faja del Ejército Argentino, y dejaron una custodia permanente de la Comisaría 37, que impidió el ingreso a los padres de Mariano. Un par de días después, un camión del ejército se llevó todo lo que había en el departamento.
La pareja fue llevada al Centro Clandestino de Detención Club Atlético, trasladados luego al CCD El Banco, hasta julio de 1978, cuando fueron desaparecidos.
Mariano tenía 27 años y era estudiante universitario. Había sido jugador de La Plata Rugby Club, y militaba, junto a varios de sus compañeros, en el Partido Comunista Marxista Leninista.
Patricia tenía entonces 20 años.

Apenas un par de semanas atrás, a fines de marzo de este año, Miryan Ramón, miembro de la Asamblea Permanente por los Derechos Humanos (APDH), ex detenida secuestrada y ex secretaria técnica de la Conadep Santa Fe, escribió:
"Elsa Ramos, transida de dolor por la temprana desaparición de su hija de 20 años, Patricia Pato Villar Ramos, en 1977, se alzó para la búsqueda, el pedido de paradero, el reclamo de la justicia, la organización de otros familiares que pasaban por idéntica situación, el repudio enérgico contra la dictadura militar, denunciando las atrocidades cometidas.
"Ello le valió que fuera despedida de LT 10 Radio UNL, donde ejercía su profesión de locutora. A su dolor se le sumó el desamparo económico. No obstante su firme voz se siguió escuchando y a través de ella, en los intersticios que dejaba la manifestación del arte, en las proyecciones del entonces Cine Club, en las presentaciones previas, dejaba, como al descuido, la significación de las palabras, libertad, justicia, igualdad, derechos ciudadanos, enmascarados en las proyecciones que los censores dejaban pasar".
"Fue fundante junto a otras madres en Santa Fe, de la primera organización de Derechos Humanos, la Comisión Familiares de Desaparecidos y Detenidos por Razones Políticas, e integró con generosidad y sin sectarismo la Asamblea Permanente por Derechos Humanos, para convalidar su creación en la ciudad de Santa Fe, ambas durante la dictadura militar".
"Cuando se recuperó la democracia y funcionó en nuestra ciudad la Conadep, cuando todavía era difícil que se apoyara firmemente su funcionamiento, ella abrió las oficinas de Familiares para colaborar con su cometido".
"Nunca recibió subsidios, y pese a la precariedad de su situación laboral, mantuvo la estructura de Familiares de Desaparecidos y Detenidos por Razones Políticas con el empuje de su convicción, con la que golpeó puertas y despertó conciencia, sumando voluntades. Convirtió su dolor en solidaridad, la mueca amarga en risa franca que iluminó las luchas de un puñadito de no más de diez que acompañaron su voz en el silencio".
"Elsa Ramos, hoy, cuando miles transitan las calles por el Nunca Más, Verdad, Justicia y Condena, estás presente en quienes resisten el olvido, y recuperan tu presencia".

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Imagen: Carina Barbuscia sobre fotos de argentina.indymedia.org y ellitoral.com

 

 

 

 
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