Por Grupo Editor / 5 de Julio de 2013
LAS MADRES EN LAS CALLES
NUESTROS HIJOS NOS PARIERON
El sábado 29 de junio, la Biblioteca Popular
Pocho Lepratti recibió a nuestras queridas
Madres de Plaza 25 de Mayo, para un encuentro
sobre "Literatura, Derechos Humanos y
Compromiso". Allí estuvieron Norma Vermeüllen y
Elsa Chiche Massa, acompañadas por periodistas
de este medio, para compartir poemas de y por
las Madres, para emocionarse profundamente con
las historias de dignidad y lucha de estas
mujeres maravillosas, para sumar pasos en la
larga marcha iniciada hace tantos abriles.
Multiplicando jueves en cada día de la semana,
llevando -caracoles porfiados y dulcísimos- su
Plaza a cuestas parar acercarla a cada esquina
de la ciudad, pintando de colores la lucha por
verdad y justicia, Norma y Chiche, Madres de la
Plaza, abrieron las puertas de la historia, una
vez más, para inundarnos de memorias y
esperanzas. Compartimos la crónica que el
periodista Martín Stoianovich, de la Biblioteca
Lepratti, escribió para reflejar esa jornada.

LAS MADRES EN LA LEPRATTI / Por Martín
Stoianovich
Durante la mayor cantidad de días en
cualquiera de los meses del año, la sala
principal de la Biblioteca Popular Pocho
Lepratti, que da a la puerta del lugar ubicado
en Virasoro 39 bis, suele ser el lugar donde los
encargados de la administración y las
bibliotecarias realizan su trabajo. Una mesa de
lectura de considerable tamaño ocupa
generalmente el centro de la habitación, que en
sus estantes está repleta de libros de todos los
estilos y autores. Más de dieciocho mil títulos
conforman hoy a la Biblioteca que además
desempeña el resto de los días talleres de todo
tipo para niños, niñas, jóvenes y adultos.
Pero hay días en los que dicha sala principal
cumple otro rol.
Ocurre que cuando las puertas de la Biblioteca
se abren para recibir a invitados con el fin de
desarrollar charlas, debates u otro tipo de
actividades, es esta sala principal la que
cobija a los participantes que entre mates y
diálogos rompen el silencio, ya mítico, del
común de las bibliotecas.
El sábado 29 de junio se realizó un nuevo
encuentro, de la mano de dos invitadas que,
desde hace ya mucho tiempo, representan a otros
miles de personas.
Elsa "Chiche" Massa y Norma Vermeüllen,
históricas integrantes de las Madres de la Plaza
25 de Mayo de Rosario se hicieron presentes pese
al frío insistente de las desoladas siestas del
barrio Tablada. Acompañadas por Pablo Álvarez,
periodista e integrante del equipo de Alapalabra,
la revista de la asociación, Chiche y Norma
llegaron a la Biblioteca dispuestas a brindar
aunque sea un poco de todo lo que tienen para
contar. Alrededor de quince personas, entre los
que se encontraban integrantes de la Biblioteca
y particulares que se habían acercado atraídos
por la propuesta, se acomodaron en la sala para
escuchar. No hubo muchas intervenciones, esta
vez se trataba de escuchar. Escuchar y aprender.
Luego de desarrollarse la ronda de presentación
de cada uno de los presentes, Norma comenzó a
desprender de sus labios las primeras ideas.
Pareciera que su forma de hablar la convierte en
una especialista en formular citas célebres, de
esas que se leen o se escuchan y se admiran.
Mientras habla se frota las manos, como dándose
calor. Luce su pañuelo típico en la cabeza, al
igual que Chiche, quien la mira mientras habla
y, silenciosa, asiente con leves gestos.
Norma agradece la invitación y resalta que para
ella es emocionante realizar actividades con
jóvenes. "Estar con gente joven, nuestros hijos
eran jóvenes", aclara como lo va a hacer a lo
largo de la charla. Ellas siempre traen a la
memoria a sus hijos, quienes son el motor de la
lucha que llevan a cabo desde hace más de
treinta años.
"Nuestros hijos nos parieron a nosotras",
reconoce Norma en un tácito gesto de amor.
Dice que a veces se enoja con su hijo por haber
dejado todo lo que tenía en su vida, pero no
puede dejar de sentirse orgullosa y tampoco lo
oculta. Explica que fueron ellas quienes
nacieron con sus hijos argumentando que a partir
de ese momento comenzaron a ser conscientes de
una realidad de la cual quizás anteriormente se
sentían ajenas.
Chiche recuerda que para la época de la última
dictadura ellas estaban acostumbradas a los
golpes de Estado, que la mayor parte de sus
vidas las vivieron con la democracia lastimada e
interrumpida. Valora, a causa de esto, la
democracia afirmada a partir de 1983. "Es una
democracia con muchas falencias, pero es un país
joven", afirma Chiche y confiesa que no puede
entender a las críticas que de vez en cuando
aparecen en escena comparando a la actualidad
política con una dictadura militar.
La sala está decorada para la ocasión.
Se pueden ver afiches con poemas e imágenes que
reflejan en arte a la lucha de las Madres.
Desde la pluma de Paco Urondo hasta de ellas
mismas, letras que nutren. En otro rincón, una
imagen de Julio López de cuerpo entero se hace
presente, y refuerza la idea de Chiche de que se
vive en una democracia con muchas falencias.
Hay fotos de las Madres de la Plaza 25 de Mayo
en otras épocas, cuando los achaques de la edad
no habían llegado. Están juntas, son varias.
Chiche mira la foto y nombra a cada una seguido
de un seco: "Ya no está", y termina: "Ahora
estamos Norma y yo". Pero ella sabe que no están
solas.
Entre recuerdos y anécdotas Chiche y Norma
lograron liderar una charla dinámica y muy
conmovedora. Sus hijos estuvieron presentes a
cada momento, con recuerdos y detalles de cada
uno. Chiche no puede dejar de pedir nuevamente
su interminable deseo: "Me gustaría encontrar
los restos de mi hijo". El silencio, en momentos
como estos, parece querer apoderarse del lugar.
Pero ellas no lo permiten. "Pero cuando a uno le
arrebatan lo que más quiere, no siente miedo",
acota Norma.
Antes de ver un video institucional realizado en
2009 de parte de la Biblioteca como
reconocimiento a las Madres, la jornada se vio
interrumpida por la llegada de los niños y niñas
que en el fondo realizaban el taller de
plastilina. Llegaron para ofrecer la muestra de
sus producciones, dieron una vueltita por la
sala mostrando muñecos de plastilina de todos
colores y se retiraron con la imborrable sonrisa
de siempre.
Luego se dio comienzo al video que concluiría
con la jornada.
En cuestión de segundos la emoción sería
indisimulable.
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Imagen: Carina Barbuscia sobre foto de
Biblioteca Pocho Lepratti.
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