Por Pablo Álvarez / 31 de Mayo de 2013
RAYMUNDO GLEYZER, PRESENTE
UN CINE QUE SIGUE ARDIENDO
Han pasado 37 años de la desaparición del
cineasta Raymundo Gleyzer, en cuya memoria se
instituyó el 27 de mayo como Día del
Documentalista. "Hizo películas imperdonables",
contó alguna vez el escritor uruguayo Eduardo
Galeano. Hace 17 años tuvimos, por primera vez
en la ciudad de Rosario, la posibilidad de
conocerlo a través de su obra, en un memorable
Festival de Cine Político, y hablamos en aquella
oportunidad con Fernando Martín Peña, crítico de
cine, actual director artístico del Buenos Aires
Festival Internacional de Cine Independiente (BACIFI)
y uno de los responsables de recopilar la obra
de Gleyzer. Reproducimos aquí parte de aquella
entrevista.
Audio: Fernando Martín Peña – Crítico de cine
/ Periodista
"Raymundo Gleyzer fue un pionero en varios
campos", dice Fernando Martín Peña, "sin embargo
sigue siendo un gran desconocido. Su film Los
Traidores es un caso extremo del cine: muerte
para su realizador, destierro para actores y
técnicos, desgracia para quienes no pudieron
irse. Gleyzer fue una rara combinación de
cineasta, periodista de investigación y
militante político".
Un hombre capaz no sólo de dar cuenta de su
tiempo sino también de anticiparse a los hechos
con una capacidad de visión sorprendente.
En el año 1996 realizamos esta entrevista con
Fernando Martín Peña, autor del libro "El cine
quema. Raymundo Gleyzer" (Ediciones de la Flor)
junto al periodista y crítico de cine Carlos
Vallina. Compartimos parte de aquella
entrevista, y un intercambio de Raymundo con
otro gran exponente de un cine que saliéndose de
la pantalla anticipa los episodios de una
historia que está por venir: Fernando Birri.
CARTAS
Roma, 7 de marzo de 1965
Querido Raymundo:
Recibí tu carta. Que ganas de fundirme con vos
en un abrazo la noche de Génova! Por ironía del
destino (el mismo destino maligno y progresista
que hizo subir al escenario de Venecia nada
menos que al soplón Lozano, del Instituto, a
recibir el "Opera Prima" de "Los Inundados"),
esta vez le tocó subir a recibir tu premio al
Presidente de dicho Instituto Nacional de
Cinematografía. Te lo ganaste en buena ley,
Raymundo. El film es austero, económico
(instrumental y sentimentalmente económico),
claro. No digo valiente porque me parece obvio.
Creo, sinceramente, que se integra -contenutística
y expresivamente- en la línea de fondo del Nuevo
Cine Latinoamericano (estoy tentado a escribir:
del único hasta ahora posible cine
latinoamericano). Así lo entendió también el
público, que lo recibió con aplausos. Pero sobre
todo los críticos, que están superando ciertas
inhibiciones y prejuicios técnicos con respecto
a nuestras nuevas cinematografías que el publico
todavía no ha superado (las mismas inhibiciones
y prejuicios que no fueron capaces de superar la
generalidad de nuestros críticos en Argentina,
cuando la aparición de "Tire die"). Con uno de
estos críticos internacionales, Novais Teixeira,
corresponsal de "O estado" de San Pablo, en
Paris, temimos por un momento que hubieran
interrumpido la proyección, pues se encendió
imprevistamente la luz al aparecer la caja de
cartón con la leyenda de la Alianza para el
Progreso.
Hicimos investigaciones, fuimos a la cabina y
nos dijeron que el film terminaba allí. Cuando
se volvió a proyectar, a pedido de algunos
miembros del Jurado que no lo habían visto (Rouch),
el documental terminó, efectivamente, con la
toma de la caja arrastrada con un piolín por el
pibito. ¿Termina allí? (No había palabra "fin").
Escribí a Viganó, solicitándole si me puede
dejar la copia, acompañé tu autorización que le
pedí me devuelva por correo. Sé que la cosa no
es fácil, en razón de ese famoso permiso de
importación precario, pero no cerraré esta carta
hasta tener una respuesta concreta. Por otra
parte, el Reglamento establece expresamente que
todos los films aceptados en la Rassegna tienen
derecho a participar del MIFED (Mercado
Internacional del Film, Largometrajes,
Documentales y TV) que se desarrolla en Milán,
en abril. He solicitado una precisación al
respecto a Viganó para mi film y lo que sea
válido para el mío, lo haré valer para el tuyo.
Puedes imaginarte si comprendo tu problema de
pesos (más que comprenderlo: lo condivido) "maledetti
e subito". Pero no es tan fácil la cosa, sobre
todo por la temática de nuestros trabajos. En
cuanto a una proyección en ARCI o Charlie
Chaplin, cuenta con ella si obtengo la copia. No
querrías mandarla a la Muestra del Nuevo Cine,
de Pesaro? Puedo encargarme, con gusto.
Fernando.
Buenos aires, 9 de abril de 1965.
Querido Fernando:
Con gran alborozo he recibido tu carta del 7-3.
En ella me das un juicio muy importante para LA
TIERRA QUEMA que te agradezco y que me sirve en
primera instancia para continuar en la lucha,
para seguir bregando por desenterrar de las
entrañas del sub-desarrollo impuesto, una
clarificación sobre el imperialismo y sus
estructuras nacionales. Es vital en la temática
que me propongo llevar a cabo en mi carrera de
cineasta joven, el problema latinoamericano, o
tal vez en mejor escala, el problema de la
liberación de Latinoamérica.
Hay una prioridad en mi por el buceo de los
temas que también te interesan a ti. (Tire-die,
Los Inundados).
Las dificultades son múltiples, amen si
consideramos que a los tilingos que hacen cortos
psicológicos (cabrones, en esta época) se les
hace cuesta arriba conseguir productor, a
nosotros los "resentidos de la sociedad" se nos
margina de un plumazo. Recientemente me han
expulsado de un proyecto de la Universidad de
Tucumán por "militancia".
Estoy indignadísimo por lo que contás en la
carta: a LA TIERRA QUEMA le han cortado cinco
minutos de proyección! Inaudito. Tal como lo
vistes tú, el film no termina cuando el pibe
tira de la caja de la tristemente célebre
Alianza Contra el Progreso, allí el film queda
planteado pero aún queda la llegada del hombre
al poblado hacia donde va a buscar un lugar para
salvarse de la sequía. En ese punto se crea la
imagen falsa de que la familia al emprender el
retiro soluciona de alguna manera su drama, se
va hacia lugares más favorecidos y chau. Pero el
film no es así. El hombre llega al pueblo y la
sequía ya ha pasado por allí. Y los problemas
que él tenía en su orden personal se generalizan
al tomar contacto con miles de retirantes. La
familia se quedara allí en ese poblado,
mendigando el agua, pero ya no se interpreta
como una solución individual. El problema es
colectivo y su solución también lo es. Por otra
parte en esa parte que me han robado se habla
claramente de cifras: Cada 42 segundos muere una
criatura, es decir 85 por hora y 2040 por día!
Digo que en el Nordeste viven 23 millones de
seres! Y digo también Nordeste descalzo para
vergüenza de América. Aunque eso no sea el
motivo de la indignación de los señores árbitros
de la vergüenza, en el final del corto, la madre
le coloca al nenito una imagen de Cristo. El
nene la mira, se levanta, la pone de penitencia
contra la pared y se vuelve a sentar, esperando
en foto fija. Esto, la gente del Columbianum no
lo ha podido soportar, ha sido más fuerte que
sus convicciones de defender un cine
integralmente latinoamericano. En un descaro
como jamás escuché otro igual. Me han censurado
en un festival internacional. El colmo. La
Asociación de Realizadores de Cortos ha emitido
una declaración denunciando este proceder de las
autoridades del Columbianum. Se le gira una
carta a Viganó, pidiendo explicaciones por ese
corte. En caso de que así haya sido, es decir si
fuera intencional, la Argentina se abstendrá de
concurrir en años próximos. Aparte te ruego le
hagas saber a Viganò que de ninguna manera
aceptaré la devolución del corto con el robo
descarado de esa última parte. Por otro lado si
ya te han contestado acerca de la permanencia en
Italia y en tu poder se encuentra la copia, te
pediría que verificaras si el material que te
cuento se halla tal cual, y si termina con foto
fija de un nenito al lado de unos bultos esta
bien.
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Imagen: Carina Barbuscia sobre foto de
insurgencia.com.ar