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Por Grupo Editor / 24 de Mayo de 2013
LETICIA COSSETTINI, A 109 AÑOS DE SU NACIMIENTO
LAS AULAS, LOS PÁJAROS, EL VUELO

Nació un 19 de mayo de 1904, en San Jorge, Provincia de Santa Fe, y partió hacia el misterio un 11 de diciembre de 2004, en Rafaela, cuando tenía, apenas, 100 años. Poco antes, en mayo de 2004, Rubén Naranjo escribía las palabras que aquí publicamos. Leticia Cossettini había transitado un siglo entero marcado por una ternura desafiante, el canto de los pájaros y la tiza que dibujaba aleteos en el pizarrón. Junto a su hermana, Olga Cossettini, desarrolló un proyecto llamado Escuela Serena, dentro de la Escuela Experimental Dr Gabriel Carrasco del barrio Alberdi, transformando la tradicional escuela mixta en una escuela activa, con experiencias de aprendizaje basadas en criterios de educación que entiende la vida como un arte, el arte de convivir. "Un buen maestro -dijo Leticia cuando celebraba su centenario- debe ser la luz que alumbra a todos. La gente nos recuerda por los viejos maestros que fuimos. Porque enseñamos con amor". A 109 años de su nacimiento, la maestra Leticia Cossettini, sigue escribiéndonos los trazos del futuro.



LETICIA / Por Rubén Naranjo

El nombre de Leticia Cossettini está insolublemente unido a la "Escuela Serena", como fue denominada la experiencia educativa que dirigió Olga Cossettini en la Escuela Carrasco, entre los años 1935 y 1950. En el desarrollo educativo que se dio en la citada escuela, Leticia fue la responsable de los contenidos fundamentalmente basados en la preeminencia de la sensibilidad.
Así, dibujo, colores, música y canto, fueron una constante en aquella escuela de barrio -entonces muy humilde- que posibilitó que hijos de pescadores, empleados, obreros y también profesionales recibieran una educación que los proyectó en un mundo de fantasía, pero absolutamente anclados en la realidad.
Es conocida la formación del coro de niños pájaros, que creó Leticia apelando a la disposición de los niños de imitar los trinos de los pájaros existentes. Los trinos de torcazas, zorzales y cachilos entre otros fueron fiestas para los niños, sus padres y los maestros.
No solamente para ellos. Gabriela Mistral y Juan Ramón Jiménez testimoniaron el efecto mágico que definía el coro de pájaros.
Leticia intuyó esa sonora y cándida posibilidad y pudo concretarla.

Los avatares políticos del país que siempre exhiben los desencuentros con una característica tan real como negativa, terminó con la experiencia de la "Escuela Serena" en 1950, y Olga y Leticia, desde la casa de calle Chiclana, sobrevivieron con clases de apoyo a los niños del barrio. Dura experiencia fue aquella de persecuciones y de cesantías, que no solamente no limitaron su compromiso con la educación popular, sino que les permitió disponer de recatados tiempos de reflexión sobre el hacer escolar.
En ese período Leticia es autora de obras muy valiosas: "El teatro de niños" y "Del juego al arte infantil" (1945– 1950), ofrecidas al Magisterio, resultado de la práctica áulica, que siempre estuvo en el centro de sus intereses.

En 1985 fue designada Ciudadana Ilustre por el Concejo Deliberante de Rosario y el mismo organismo la homenajeó el año pasado (2003). Así mismo, en diversas oportunidades, fue distinguida por la ciudad de Rafaela, el Ministerio de Educación de Córdoba, y el Instituto de Educación por el Arte (INSEA) de Estados Unidos. Fue condecorada con la Medalla al Mérito por la República Italiana. La sala principal del Complejo Barrial del Parque Alem lleva su nombre.

En diciembre del año 2002 Leticia presentó una muestra de pinturas en el Museo Municipal Juan B. Castagnino de nuestra ciudad. Magníficas pinturas de temas florales, paisajes y retratos que durante más de 30 años permanecieron en un baúl de su casa sin ser visto por persona alguna.

El 19 de mayo de 2004 Leticia Cossettini cumplió 100 años de edad.
Su pensamiento se mantiene tan joven que le permite discurrir acerca de situaciones y le permite conceptualizar con asombrosa claridad:
"Formular proyectos es deslumbrante, sostenerlos es heroico".
"Mi vida está hoy envuelta en silencios, pero no en tristezas. No estoy triste, no puedo estar triste porque siento que la vida aletea a mi alrededor".
"He gozado del mayor privilegio posible: La lectura. Leer abre caminos de dignidad a los seres humanos".

Sin duda, Leticia Cosettini forma parte de la constelación que enaltece la condición humana.

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Imagen: Carina Barbuscia sobre fotos de es.m.wikipedia.org y unr.edu.ar
 

 

 
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