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Por Grupo Editor / 30 de Noviembre de 2012
LAS DEUDAS DE LA DEMOCRACIA
LOS JUEVES POR VENIR

Ese entrañable compañero que fue Osvaldo Foressi solía repetir: "es necesario que todos los días sea jueves". Y uno imaginaba una semana hecha de memorias y abrazos, de esperanzas y rebeldías. Una semana echa de jueves repetidos pero nuevos, de días en donde el olvido pierde por abandono, derrotado en cada paso de la marcha de las Madres de Plaza 25 de Mayo. Que cada día sea jueves, hasta que la democracia termine de curar las heridas abiertas. Que cada día sea jueves hasta que la democracia se libere de curas asesinos, de jueces cómplices, de políticos indiferentes. Que cada día sea jueves, y en jueves marchemos por verdad y justicia.

Audio: Motta Luna - Plegarias



El miércoles 28 de noviembre, el Senado de Santa Fe postergó -una vez más- el tratamiento de la pensión para las Madres de Plaza 25 de Mayo, proyecto presentado por el diputado Gerardo Rico y que cuenta ya con media sanción de la Cámara baja provincial.
El relato de unos de los compañeros presentes en la jornada fue contundente: "no se incluyó la Ley de Pensión a las Madres; y mucho menos de Centros de Estudiantes, presentado por Eduardo Toniolli, que también cuenta con media sanción. Ahora hay una tensa espera en una serie de paquetes que se llaman "canje", con Diputados, donde se incluirían ambas, en una supuesta sesión del 30. No hubo compromiso, no hubo celo por hacerlo, de ninguno de los bloques senatoriales, pese a los compromisos hablados. Nadie se jugó..."

Pero la marcha de las Madres insiste, se extiende.
Abre surcos en los cementos del silencio y la impunidad.
Nada detiene una marcha tan encendida de memoria.
Nadie detiene una marcha tan florecida de Justicias.

Y en ese sendero difícil de la justicia, el martes 27 de noviembre, el cura Eugenio Segundo Zitelli prestó -una vez más- declaración indagatoria por su participación directa en el Terrorismo de Estado.
Fue a pedido del fiscal Gonzalo Stara que el juez federal de Rosario, Marcelo Bailaque, ordenó la declaración indagatoria de 16 imputados en la Causa Feced; y entre ellos, el primero, el ex capellán policial durante la última dictadura militar.
Bailaque imputó a Zitelli por "haber intervenido en carácter de capellán del Servicio de Informaciones y de la Alcaidía de la Jefatura de Policía de Rosario en la privación ilegítima de la libertad, mediando violencia y amenazas de Patricio Downes, Tomasa Verdum, José Raúl Villarreal, María del Rosario Ortiz de Villarreal y Miguel Angel López".
El cura, por asesoramiento de su abogado defensor, Oscar Romera, se abstuvo de declarar.
El pasado 20 de marzo, Bailaque lo había procesado como partícipe necesario de los delitos de privación ilegal de la libertad, agravada, por mediar violencia y amenazas contra otras nueve víctimas.
Zitelli recuperó su libertad el 11 de abril pasado, previo pago de 50.000 pesos de fianza.
La Justicia demuestra, paso a paso, lo que nuestras Madres, familiares y sobrevivientes, denunciaron durante 36 años: la complicidad de gran parte de la Iglesia con el accionar represivo.

Los juicios se multiplican, embarazados de mañanas.
Los relatos de víctimas y sobrevivientes trenzan una larga costura de dignidades, uniendo los retazos perdidos de la patria.
El ejemplo de los pañuelos rosarinos cobra fuerzas, adquiere su verdadera dimensión histórica.
Ellas, nuestras Madres, desafiaron al tiempo de los relojes.
Giraron a contrapelo de la obediencia debida, el punto final y los indultos.
Sembraron rebeldías que hoy florecen entereza.

El próximo 12 de diciembre comenzará el primer Juicio oral y público que abordará los delitos de lesa humanidad cometidos en la zona del Cordón Industrial. El proceso tiene como imputados el coronel retirado Rubén Osvaldo Cervera; el capitán retirado Horacio Maderna y Pedro Alberto "Pili" Rodríguez, un abogado que asesoró al municipio de San Lorenzo durante la dictadura y luego fue concejal en democracia. El expediente -que fue separado de la investigación judicial por el secuestro y desaparición de militantes y trabajadores del cordón industrial de San Lorenzo- tiene como única víctima a Manuel Casado; y se tramitará en el Tribunal Oral Federal 1 (TOF 1), presidido por el juez Ricardo Moisés Vázquez, y con Otmar Osvaldo Paulucci y Laura Cosidoy como vocales.
Es precisamente la figura de Cosidoy la que despertó la polémica: en un documento suscripto por nuestras Madres, junto a querellantes de las causas contra el Terrorismo de Estado, Ex Presos Políticos de la dictadura, Familiares de Desaparecidos, Asamblea Permanente por los Derechos Humanos, Colectivo de ex Presos y Sobrevivientes, HIJOS y diversas organizaciones sociales, gremiales y estudiantiles, repudiaron "que la jueza Laura Inés Cosidoy, quien confesó su amistad con el ex dictador Leopoldo Fortunato Galtieri, integre cualquier Tribunal que tenga como misión juzgar a los genocidas".
Cosidoy es recordada por decenas de testigos como una abogada oficial que "maltrataba a sus familiares, que no tomaba en serio las tremendas denuncias que estos le realizaban, y que incluso les decía a los entonces presos políticos que debían colaborar con las autoridades de la dictadura y confesar lo que estas consideraban crímenes".

Curas torturadores, jueces cómplices, políticos indiferentes.
Demasiadas deudas acumulan estos 29 años de democracia santafesina.
Una democracia que debe sustento y origen a esas Madres que cada jueves giran contra el tiempo y el olvido. Giran o danzan.
Son -a la vez- cielo y paloma.

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Imagen: Alapalabra




 

 

 

 

 
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