Por Grupo Editor / 02 de Noviembre de 2012
ELSA CHICHE MASSA
UN CIELO EN LA MIRADA
Cada jueves, la Plaza 25 de Mayo de Rosario
se inunda de un cielo claro y firme. Sucede
cuando la tarde comienza a tejer su despedida.
Entonces, los pasos se hacen marcha alrededor de
la pirámide, y la memoria se codea con esa
hermanita muchas veces perdida y tantas veces
reencontrada, la esperanza. Allí, en la Plaza,
Elsa Chiche Massa anuda su pañuelo blanco bajo
el mentón, y su dulcísima mirada azulceleste
acaricia, protectora y maternal. Pero a no
equivocarse: esa mirada también ha sabido -y
sabe- denunciar con dureza, acusar sin reparos y
resistir sin miedos a los jinetes del espanto.
Audio: Elsa Chiche Massa - Madre de Plaza 25
de Mayo, Rosario
"Nosotras, cuando hablamos, siempre tratamos de
transmitir cómo eran los ideales de nuestros
hijos", repite Chiche.
Su hijo, Ricardo Alberto Massa, fue secuestrado
y desaparecido el 26 de agosto de 1977.
Tenía entonces 30 años.
Había hecho la primaria en la Escuela Mariano
Moreno, de Paraguay al 1200, la secundaria en el
Superior de Comercio, y egresado con el título
de médico de la Universidad Nacional de Rosario.
Chiche apunta que "lo que más recuerdo de su
militancia -él pertenecía a la Juventud
Universitaria Peronista- era que le preocupaba
mucho la educación de las nuevas generaciones".
Desde aquel agosto, Elsa no volvió a tener
noticias de Ricardo.
Casi de inmediato comenzó a participar de las
reuniones, entonces motorizadas por Familiares
de Detenidos y Desaparecidos por Razones
Políticas.
En el local de cortada Ricardone se reunían
-junto a los referentes de aquella organización-
nombres hoy casi olvidados de la resistencia a
la dictadura militar y resguardados en la
memoria de las Madres: Ángel, María Dolores y
Carmen Albá; María de Prat; Nelly Huarque;
Catalina Fleming de Araya; Ana Ponce de León;
Julio Parente; junto a muchos jóvenes que siguen
hoy acompañando a las Madres en su marcha: Ana
Moro, Alicia Lesgart, Graciela Diez, Lilian
Echegoy. Y las presencias, ya míticas, de Fidel
Toniolli y de la abogada Delia Rodríguez Araya.
"Así nace en Rosario nuestro movimiento.
Después, algunas de nuestras integrantes -Nelma
Jalil, Esperanza Labrador, Elvira Finsterwald,
Irma Molina- empezaron a viajar a Buenos Aires,
a marchar con las Madres en Plaza de Mayo. Ellas
proponen que lo podíamos hacer acá también, y
así surge el movimiento Madres de Plaza 25 de
Mayo de Rosario, en los 80", recuerda.
Y puntualiza que "en un primer momento, aunque
yo iba a las marchas, mi esposo se enferma, y
necesito estar a su lado. Pero igual venía a las
reuniones principales. Cuando mi esposo fallece
ya me integro decididamente a la organización de
Madres, donde nunca fuimos muchas. Si se tiene
en cuenta que en Rosario y su zona hay más de
520 desparecidos o asesinados, nosotras nunca
llegamos a ser más de 14 ó 15 Madres".
Firme, alegre y memoriosa, la voz de Elsa Massa
se sumerge -como tantas veces- en la historia
reciente, en sus dolores, sus furias, sus
conquistas.
Pero nada empaña su mirada clara, purísima.
Junto con Norma Vermeüllen recorren hoy
incansablemente escuelas, bibliotecas, salas
culturales de Rosario y la región.
Juncal, Victoria, Alcorta, Totoras... Ninguna
localidad es demasiado lejos. Ningún viaje se
hace demasiado largo.
En esos encuentros, pibes y adolescentes se
emocionan, preguntan, opinan.
Abrazan a estas mujeres incansables que cargan
en sus cuerpos la crónica de un tiempo, de un
país.
"Creo que hay que hablar con los chicos -dice
Chiche- pero siempre haciéndolo de una forma que
no se haga hincapié en lo macabro. Que esté a su
alcance".
Pero sobre todo, transmitirles que se puede
enfrentar el odio y la injusticia, dice.
"Esa es la lucha: que nunca más un joven pierda
la vida por soñar con la utopía de vivir en un
mundo mejor".
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Imagen: Carina Barbuscia sobre fotos de
Alapalabra